miércoles, 29 de febrero de 2012

Muerte y resurrección


No estabas tú, estaban tus despojos.

Luego y después de tanto
morir no estaba el cuerpo
de la muerte.
Morir
no tiene cuerpo.
Estaba
traslúcido el lugar
donde tu cuerpo estuvo.

La piedra había sido removida.

No estabas tú, tu cuerpo, estaba
sobrevivida al fin la transparencia.

J. A. Valente

4 comentarios:

  1. Siempre me ocurre lo mismo cuando leo poesía. Valente, me emociona...Tiene una voz lírica que conmueve, es fascinante.
    Por supuesto, un poema precioso.
    Buen finde, Isabel.
    Un abrazo

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  2. El olvido, el sueño y la muerte son tres manifestaciones desigualmente intensas de aquello que hace desaparecer los fenómenos intelectuales, psíquicos y físicos. Pero también se recuerda, se despierta y se nace. Olvidamos cuando perdemos el amor por las cosas, como dormimos cuando nos olvidamos de nosotros mismos o morimos cuando la naturaleza nos olvida. Sin embargo, ese tú tralúcido sigue en diálogo amoroso con la divina transparencia que en su memoria nace, recuerda y despierta.
    Un abrazo

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  3. Refleja de forma poética un mensaje de esperanza!

    Gracias por compartir esta poesía!

    Un abrazo!

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  4. Todos lloramos a nuestros muertos. Y quienes los recordamos sabemos que su muerte es acopio de vida para seguir evocándolos. Para quienes recordamos, la huida de un ser querido es fértil semilla para afrontar el resto de nuestra vida. El poema de Valente es fiel reflejo de la gratitud que les debemos.
    Antoni.

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