viernes, 16 de diciembre de 2011

de Kipling


Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila
cuando todo a tu lado es causa perdida;
si tienes en tí mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan;
si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;
si engañado, no engañas;
si no buscas mas odio que el odio que te tengan...

Si eres bueno y no finges ser mejor de lo eres;
si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas y los sueños no te hacen esclavo;
si piensas y rechazas lo que piensas en vano.

Si tropiezas al triunfo; si llega tu derrota
y a los dos impostores los tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado
a pesar del sofisma del orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.

Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea
sin decir a nadie de lo que es y lo que era.

Si logras que tus nervios y el corazón te asistan
aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga
y se agarren contigo cuando no queda nada;
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas.

Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si marchas junto a reyes(buena gente) con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman y ni uno te precisa.

Si llenas el minuto inolvidable y cierto
de sesenta segundos que te lleven al cielo...
todo lo de esta tierra será de tu dominio
y mucho más aún: serás HOMBRE, hijo mío.

Kipling

2 comentarios:

  1. "Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida..." Nos unen los mismos sentimientos, Isabel. Gracias por tu serena amistad, que pases un hermoso fin de semana.
    Petonets
    Elisa

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  2. Un hermoso poema con una belleza muy grande. Desde que lo lei siendo muy joven, lo llevo a mi lado como a mi sombra.
    Aprovecho para desearte unos días bonicos, Isabel.
    Un abrazo. Toni

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